La larva

Las larvas de los mosquitos son siempre acuáticas, y constituyen una de las fases primordiales para su control.

De ahí que la presencia de mosquitos siempre implica la presencia de agua, lo que no es cierto al revés, ya que colecciones de agua de carácter permanente donde se ha podido desarrollar una biocenosis bien constituida limita la presencia de larvas de mosquitos.

La larva pasará por 4 estadios larvarios con sendas mudas para convertirse finalmente una pupa, momento en el que se producirá la metamorfosis.

En función de las especies y de las condiciones del medio el desarrollo puede ser más o menos rápido, en términos generales puede oscilar entre los 4 días por especies del G.Aedes y Ochlerotatus y los 12-15 días para las del G. Anopheles.

La presencia de un sifón respiratorio en la larva le da una característica adaptativa muy interesante, ya que le permite desarrollarse en aguas con bajo contenido de oxígeno, que limita la existencia de posibles depredadores, pero que suelen ser muy ricas en materia orgánica y por tanto idóneas para su desarrollo.

Larva de mosquit

Las larvas son filtradoras y se alimentan básicamente de materia orgánica particulada, bacterias, hongos, etc.