Zonas naturales

Mapa

En este apartado se incluyen todos los espacios naturales del Delta del Ebro, que situados mayoritariamente en su periferia, suman un total aproximado de 7.700 ha.

Estos espacios constituidos por arenales, tras-playas, lagunas y humedales, presentan una fragmentación muy importante, tanto en cuanto a su localización sobre la superficie deltaica como por su tamaño. Así tenemos espacios que no se prolongan más allá de pocos cientos de metros cuadrados hasta otros que ocupan un centenar de hectáreas.

Zona natural del delta

La mayor parte de estos espacios, desde el 1983 que se crea la figura de Parque Natural, están bajo la tutela de este organismo.

La riqueza ecológica de estos espacios se muestra evidente para la biocenosis que aloja, tanto en cuanto a la ocupación vegetal como animal. Siendo un reflejo de la ocupación original de la mayor parte de la llanura deltaica.

La ocupación vegetal de estos espacios no es más que un reflejo de las condiciones hidrológicas y fisicoquímicas a la que están sometidas. Así la presencia de sosales, juncales, carrizales o prados de grama, nos muestran a modo de indicador ecológico, la salinidad del sustrato, así como el régimen de agua y sus características químicas (salada o dulce).

Zona natural

Este es un elemento clave a la hora de tipificar focos larvarios, ya que la presencia de agua y su temporalidad, así como sus características químicas, delimitarán el desarrollo de una o de otra especie de mosquito. Así pues, el reconocimiento del poblamiento vegetal es una de las herramientas utilizadas para confeccionar la cartografía temática, que permite desarrollar el control larvario de las poblaciones de culícidos.

Como el resto de seres vivos los mosquitos han sufrido una evolución que les ha llevado a segregarse en el espacio, ocupando cada especie un nicho ecológico adecuado a sus características.

La mayor parte de estas zonas litorales presentan unas características muy marcadas de temporalidad de régimen de agua, que acompañadas de un sustrato salobre les hacen el lugar idóneo para el desarrollo de especies de mosquito del G. Ochlerotatus.

El G. Ochlerotatus y más concretamente el Ochlerotatus caspius como especie más característica, son los pobladores por excelencia de estos espacios. Un estudio profundo de su ciclo de vida nos demuestra el porqué:

  • Desarrollo muy rápido, 3-4 días para completar su ciclo larvario, ya que la presencia de agua y su permanencia, elemento imprescindible, no siempre está garantizada.
  • Medio muy fluctuante que también condiciona la presencia de posibles depredadores, si el medio se consolida y éstos aparecen, el ciclo suele estar cumplido.
  • Características físicas de la larva que le permiten vivir en aguas con elevado contenido de sal.
  • Gran agresividad por parte de los adultos hacia los mamíferos, a diferencia de otros mosquitos, estos presentan una actividad picadora diurna.
  • Mosquitos adultos muy resistentes a las condiciones climáticas, aprovechan las corrientes de viento para desplazar su actividad lejos de sus lugares de cría (en momentos de eclosiones de larvas importantes hacen notar su presencia en toda la llanura deltaica y sus alrededores).
  • Capacidad única de depositar los huevos en un sustrato húmedo y no sobre el agua como el resto de mosquitos. Esta característica no es más que un fenómeno adaptativo obligado por la temporalidad hídrica de sus lugares de cría.
  • Los huevos disponen de una cubierta que los aísla de las condiciones de sequedad y los hace permanecer viables incluso a lo largo de varios años.

Teniendo en cuenta estas características se entiende que el control poblacional de esta especie, hasta límites tolerables, sea uno de los objetivos prioritarios del COPATE.

La influencia de las excesivas poblaciones de esta especie sobre las infraestructuras turísticas y los pueblos, muchos de ellos construidos a proximidad de sus focos larvarios, fue el desencadenante de la creación del CODE (ahora COPATE).

En la actualidad el COPATE, gracias a una mayor aportación presupuestaria (incorporación de la Generalidad de Cataluña) está en disposición desde el año 2000 de abordar la mayoría de los espacios que anteriormente eran inabordables.

En este sentido hay que resaltar la gran labor conjunta que desarrollan los técnicos del Parque Natural y del COPATE, que nos ha llevado a desarrollar el control larvario de las poblaciones de mosquitos en casi toda la superficie deltaica. Sólo queda excluida, en la actualidad, la reserva integral de la Punta de la Banya.

Estas tareas conjuntas de planificación, supervisión y control nos llevan a un modelo de gestión muy interesante y que seguro será un modelo a seguir por otras zonas con características y problemáticas similares.