Las muestras que llegan de las prospecciones de los focos larvarios, convenientemente rotuladas con el código de cada uno de ellos serán analizadas en el laboratorio.
Con la ayuda de la lupa o el microscopio óptico serán clasificadas las larvas de las diferentes especies de mosquitos, determinando al mismo tiempo su desarrollo larvario. Este elemento es fundamental para su posterior tratamiento.
Se debe mencionar que no todas las especies se muestran agresivas para el hombre, por lo tanto no todas serán objeto de control.
Estos datos complementarán la ficha de prospección realizada sobre el terreno y pasarán a nutrir la base de datos específica que gestiona el funcionamiento general del servicio año tras año.
En función de la especie presente y de su grado de desarrollo larvario se procederá a su control.
En el laboratorio también se realizan tareas de identificación de los mosquitos adultos capturados en el programa anual de control de adultos, que en definitiva nos muestran la evolución de la plaga a lo largo del año.
También se realizan pequeños trabajos internos o bien en colaboración con otros organismos, siempre relacionados con los insectos y la caracterización físico-química de nuestros focos larvarios.
A lo largo de la campaña se analizan más de 10.000 ejemplares de mosquitos tanto a nivel larvario como de adulto.
