Aparición del problema
En la última década, ligado a la mejora de la calidad de las aguas de nuestros ríos y arroyos para la implementación de los sistemas de depuración de las aguas residuales, han aparecido y se han incrementado las molestias ocasionadas por las picaduras de las moscas negras (simúlidos ) en Cataluña.
Estos insectos, parientes de las moscas, comportándose como individuos oportunistas, han colonizado los cursos de agua de nuestras cuencas internas. La mejora parcial de la calidad proporcionada por los sistemas de depuración instalados, ha permitido la colonización de estos ambientes, muchas veces no lo suficientemente adecuados para la instalación de una biocenosis compleja que pueda minimizar por depredación el problema. Aunque por las características del propio cauce, muchas veces de dimensiones reducidas, fenómenos como las grandes avenidas ligadas a regímenes pluviométricos equinocciales hacen que este cauce sufra grandes transformaciones y que en años posteriores el fenómeno de las moscas negras que había podido alcanzar carácter de plaga, desaparezca radicalmente (el Tech en el sur de Francia, el Francolí en la década de los noventa, y ciertos tributarios del Llobregat).
Así en estos últimos años los que trabajamos en el control de mosquitos hemos visto como se incrementaban las quejas producidas por este insecto en muchos lugares de Cataluña, y así se ha hecho eco muchas veces la prensa local y comarcal. En paralelo los servicios de control de mosquitos de Girona y el del Llobregat, han llegado a poner en práctica pequeños controles poblacionales a fin de rebajar las poblaciones resultantes de determinados lugares de Cataluña.
El caso del Ebro lo podemos considerar diferente, en primer lugar estamos hablando de uno de los ríos más caudalosos de la Península Ibérica, donde tenemos constancia de la presencia de pequeñas poblaciones de mosca negra ligadas a cursos de agua permanentes cercanos al río . Sus características, de caudal, de calidad y sobre todo de falta de transparencia (debido al predominio de algas unicelulares en suspensión) conferían a este tramo final del río Ebro el color verde característico que impedía que la luz pudiera llegar hasta el fondo del cauce. Este fenómeno que hacía que más allá de 40 cm ya hubiera extinción de los rayos solares no permitía la implantación de macrófitos en el propio cauce, así pues no era un lugar propicio para el desarrollo masivo de las larvas de simúlidos. Eran épocas donde el organismo indicador que predominaba en este tramo bajo del Ebro era la Ephoron virgo, la famosa "palometa" que tantos problemas nos daba al llegar final de verano y otoño.
A partir de los años 2000 estas características poco a poco han ido cambiando, desgraciadamente nos han pasado desapercibidas ya que estos parámetros de tipo ecológico no han sido estudiados por ningún organismo que haya dejado constancia, así que sólo podemos basar estos cambios en hipótesis.
- La disminución y regularización de caudales (especialmente la supresión de crecidas los últimos años)
- La aparición de especies invasoras que ya se inició en los años 80 con el siluro y en 2001 con la aparición del mejillón cebra en los sistemas de embalse del tramo bajo, especie hiperfiltradora.
- Implantación en la cuenca del Ebro de sistemas de depuración de aguas residuales.
- Mejora en el uso racional de la fertirrigación con una clara disminución de las aportaciones de varios abonos que juegan un papel fundamental en la eutrofia del río.
Seguro que, una o la suma de todas estas variables han transformado el ecosistema del tramo bajo del río Ebro, donde la característica más aparente es la clarificación de sus aguas. Nos encontramos en la actualidad que a profundidades de 5 o 6 metros los rayos solares llegan perfectamente al fondo. Este fenómeno ha favorecido la proliferación de plantas acuáticas (macrófitos), que requieren para su germinación y proliferación la presencia de luz. En los últimos años, a partir de 2000, hemos visto como de manera continua, casi todo el cauce del río se ha visto colonizada por estos macrófitos, especialmente los del género Potamogeton y Myriophyllum, sobre todo la especie Potamogeton pectinatus. Es en este nuevo escenario donde se ha podido instalar, proveniente de estos sitios relictuales cercanos, las larvas de mosca negra, y de manera exponencial colonizar todo el tramo bajo del río y así de manera también progresiva nos han aparecido sus molestias.
Haciendo memoria, el CODE tuvo el primer contacto con este fenómeno el invierno de 2003, cuando un agricultor de la zona de Mora de Ebro se nos dirigió a través de la delegación del DARP de la zona y nos mostró su preocupación por un insecto de coloración oscura y de tamaño reducido que le causaba fuertes picaduras los días de pleno sol en las tareas de recolección de la aceituna. Este caso puntual que era único e inverosímil en nuestro territorio, desgraciadamente era el anuncio de lo que a partir de 2005 se ha convertido en una de las grandes problemáticas de este territorio.
Búsqueda de soluciones
En 2005 se constituyó en la sede de la Delegación del Gobierno en las Tierras del Ebro, una Comisión Técnica, formada por técnicos del Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca (DARP), Departamento de Salud, Departamento de Medio ambiente y Vivienda, Instituto para el Desarrollo de las Comarcas del Ebro (IDECE), Unidad de Ecosistemas Acuáticos (UEA-IRTA) y Consorcio de Servicios Agroambientales de las comarcas del Baix Ebre y Montsià (CODE), bajo la coordinación de la Delegación Territorial del Gobierno de la Generalitat en las Tierras del Ebro, con el fin de estudiar las características y distribución poblacional de mosca negra, buscar información sobre este fenómeno, y proponer medidas de tratamiento. Ese mismo año, la Comisión encomendó al CODE y la UEA-IRTA la ejecución de un estudio técnico sobre la problemática de la mosca negra. Concretamente, el trabajo consistía en estudiar las larvas de la mosca negra, su hábitat, evaluar la dinámica de las poblaciones larvarias, determinar su distribución y determinar los efectos de los tratamientos sobre la especie para estimar su efectividad.
Por parte del DARP se testa, la misma semana de la constitución de la comisión, una serie de elementos dirigidos a minimizar las poblaciones de mosca presente en los campos de cultivo. Debemos recordar que era época de recogida de la fruta y la presencia de mosca negra causaba grandes estorbos. El tratamiento adulticida no se mostró demasiado eficaz debido a las recolonizaciones, aparte del problema que podría generar de residuos en la fruta cosechada. La técnica de segar la hierba de los bancales se mostró un poco más eficaz ya que reducía las zonas de refugio de la mosca. Debemos recordar que, como todo insecto, la mosca negra no puede regular la temperatura, de ahí que una vez emergida de las aguas del río busca zonas con vegetación donde la temperatura y la humedad les son favorables, a la espera de posibles huéspedes a los que chupar la sangre necesaria por parte de las hembras para poder realizar la formación de huevos y dar lugar a la siguiente generación.
Por parte del Departamento de Salud se postula una serie de recomendaciones dirigidas a la población afectada, mediante medidas de prevención de las picaduras y las correspondientes recomendaciones en caso de haberse producido la picadura.
El verano de 2005, a través del IDECE y con la ayuda de COPISA, empresa encargada del mantenimiento de la vía navegable, los técnicos de la UEA-IRTA y del CODE iniciaron una serie de muestreos de varios tramos del río Ebro afectados.
El objetivo de estas primeras prospecciones (en julio y agosto 05) fue la determinación de las preferencias de hábitat y de colonización del espacio de las larvas de mosca negra así como la identificación de la especie de mosca negra. Datos que eran del todo indispensables a la hora de poder decidir qué tipo de tratamiento efectuar. Con estas salidas se constató que las formas larvarias y pupal de mosca negra se encontraban mayoritariamente sobre macrófitos, fundamentalmente del género Potamogeton pectinatus (que domina en buena parte del cauce del río), aunque también en el otro macrófito mayoritario en los bordes, Myriophyllum sp y con una cierta preferencia por los lugares con corriente.
La identificación de las pupas obtenidas en los diferentes tramos muestreados se realizó en el laboratorio y con la ayuda de la Dra. Gloria González (United Research Services España S.L.). Se clasificó la especie como Simulium erythrocephalum.
Una vez clasificado el agente causal del problema se pudo realizar una exhaustiva investigación bibliográfica. A la vez que se contactó con otros lugares y servicios de control que ya habían tenido que hacer frente a una problemática similar.
Por un lado la EID Méditerranée Méditerranée (servicio de control de mosquitos del sudeste mediterráneo de Francia) estudia este fenómeno en el río Tec, río del Pirineo Oriental; y también el Servicio de Control de Mosquitos de la Bahía de Roses y el Baix Ter, que trabaja con la problemática presente en el río Ter y dos de sus afluentes, el Xunclà y el Terri. En ambos casos el caudal de estos ríos es muy inferior al del Ebro, lo que condiciona la estrategia de muestreo y tratamiento a seguir.
Otras informaciones aportadas son las problemáticas que generan especies de simúlidos diferentes a las nuestras, pero en ríos de características más similares al nuestro, fundamentalmente de elevado caudal (superior a 100 m3/s). Estos son los casos de ríos de Estados Unidos, como el Susquehanna en Pensylvania, o de ríos del norte de Europa (p. ej. Danubio).
Desarrollo de una metodología de muestreo
En este contexto, se desarrolló una metodología de muestreo suficientemente ágil como para estimar con cierta fiabilidad la densidad de larvas de mosca negra de la zona muestreada. En concreto se estableció que:
- a) por cada punto de muestreo escogido se tomaran seis muestras de macrófito,
- b) que cada una de las muestras de macrófito se colocara dentro de bandejas con agua hasta la mitad, donde se sacudía vigorosamente para que las larvas de mosca negra adheridas al macrófito se desprendieran. Este macrófito se colocaba en escurridores de agua a fin de que perdiera el mayor contenido de agua y se procedía a su pesaje. El recuento de larvas se hacía directamente en la bandeja y, la densidad de larvas se refería a número de larvas por peso de macrófito.
Investigación de herramientas para su control
Una vez realizados los trabajos de prospección, los cuales dieron información de la existencia de larvas, se tenía que hacer frente a la posibilidad de poner en marcha un tipo de lucha activa contra estos insectos mediante el tratamiento de las aguas del río Ebro. Por razones obvias, el tratamiento del río debía hacerse imprescindiblemente con un insecticida biológico y altamente selectivo, características que se dan en la espora producida por la bacteria Bacillus thuriengiensis var. israelensis (Bti), que resulta efectivo únicamente para larvas de dípteros. Este hecho, si bien es cierto que tiene muchas ventajas para la conservación del medio, reporta muchos inconvenientes a la hora de aplicar el tratamiento, ya que para obtener altas efectividades deben controlar muy bien los parámetros de la zona de tratamiento. (Garantizar que el producto llegue a todos los rincones de la zona a tratar, poco tiempo de permanencia en el medio, etc.)
La aplicación de Bti en aguas corrientes debe reunir dos requisitos:
- Se debe garantizar la distribución del producto por todo el cauce del río a partir del punto de aplicación. Este requisito lo garantiza el propio corriente del río Ebro.
- El paso de producto por donde estan las larvas debe durar lo suficiente como para permitir que todas las larvas consuman el producto. La información recogida en otros centros de control así como de la propia empresa suministradora establecen este tiempo en 10 minutos.
Finalmente, había que validar la eficacia de este tratamiento en las poblaciones de mosca negra en el río Ebro, de forma que:
- Había que validar la efectividad del tratamiento en la parte baja del río Ebro (de dimensiones y caudal considerables y diferentes del resto de ríos donde se había aplicado fina ahora el tratamiento con Bti).
- Había que determinar la distancia de efectividad del tratamiento.
Estas cuestiones eran básicas a la hora de cuantificar la efectividad de un tratamiento en el Ebro y cuantificar cuál era la viabilidad económica de poner en marcha un control contra este insecto.
Ante todas estas dudas se planteó la realización de una prueba piloto en un punto donde previamente hubiéramos detectado la existencia de larvas aguas abajo, y que nos permitiera sacar conclusiones de forma rápida, puesto que el tiempo corría en contra nuestra y los insectos empezaban a hacerse notar de forma más molesta a los vecinos de las zonas afectadas.
Prueba piloto del tratamiento biológico con Bti (27 de abril 2006)
En las prospecciones previas al tratamiento piloto se estableció el punto idóneo para la realización de esta prueba aguas abajo del embarcadero de Ginestar.
Para realizar este tratamiento se dispuso de una barcaza de la empresa COPISA, con una gran plataforma donde poder organizar y aplicar el producto desde el mismo río.
La dosis necesaria para la aplicación se obtiene a partir de la siguiente fórmula:
Q = C x ppm x 60 x 10
Donde Q representa la cantidad de producto (Bti) necesario; C es el caudal de agua que circula por el río en el momento de aplicación, indicado en m3/s; ppm es la concentración de producto necesaria para hacer efecto, que suele estar alrededor de 4; debemos procurar que esta dosis permanezca un tiempo aproximado de 10 minutos, tiempo suficiente para que las larvas puedan ingerir suficientes partículas de Bti para que les cause la muerte.
Para la aplicación fueron necesarios dos depósitos de 1000 litros de capacidad donde se mezclaron los 400 litros de Bti necesarios con agua para permitir así prolongar la aplicación durante los 10 minutos necesarios.
De los diferentes factores que aparecen en la fórmula, el caudal es el único que no podemos controlar nosotros mismos. Se trata de un factor importantísimo, ya que depende directamente de él la cantidad de producto que se utilizará para realizar el tratamiento. Debido al elevado coste del producto y para garantizar la viabilidad económica de los posibles tratamientos, es imprescindible conseguir un caudal en el momento del tratamiento lo más bajo posible en el río, por lo que con el mínimo gasto de producto se consiga una alta ppm. Para ello se contactó con la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), quien en todo momento ofrecieron su colaboración.
Así pues, el día 27 de abril a primera hora de la mañana, el personal del CODE se desplazó a Ginestar para preparar el tratamiento, y a las 10 de la mañana aproximadamente, tras comprobar el caudal del río, que estaba fijado en 135 m3/s, se hizo el tratamiento, logrando una concentración de 4,9 ppm.
Hay que decir que nos sorprendió gratamente la facilidad que tuvo el producto, una vez aplicado, para dispersarse por todo el cauce del río, y para pasar a través de los macrófitos, que si bien no ocupaban todo este cauce, formaban unas masas espesas de vegetación imposible a primera vista, de ser penetradas por el producto.
Aplicación y dispersión del producto en la prueba piloto
El objetivo de esta prueba piloto era verificar la efectividad del tratamiento y al mismo tiempo determinar la distancia de efectividad en el río Ebro, así pues para la estimación del porcentaje de mortalidad de larvas de mosca negra se escogieron 6 puntos aguas abajo del punto de aplicación del producto (embarcadero de Ginestar) y dos puntos aguas arriba. Los muestreos de estos puntos (según metodología explicada en apartado anterior) se realizaron el día antes y el día después de la prueba piloto.
Prueba piloto. Datos del tratamiento
Plano de situación de los puntos de tratamiento y de muestreo de la prueba piloto del 04/27/06
A continuación se presentan los porcentajes de mortalidad de larvas obtenidos con la prueba piloto. Hay que mencionar que en la tabla se pueden observar además los muestreos de dos puntos donde no hubo aplicación de producto, que eran los puntos situados a 1 y a 2 km aguas arriba del punto de tratamiento.
no de larvas /kg macrófito | |||
---|---|---|---|
Punto muestreado | antes tratamiento | después tratamiento | mortalidad |
a - 2km del punto de tratamiento (Ginestar) | 12.75 | 14.5 | − |
a - 1km del punto de tratamiento (Ginestar) | 4.46 | 17.3 | − |
a + 1km del punto de tratamiento (Ginestar) | 16.02 | 0 | 100 % |
a + 3km del punto de tratamiento (Ginestar) | 27.05 | 0 | 100 % |
a + 6km del punto de tratamiento (Ginestar) | 15.73 | 0 | 100 % |
a + 8km del punto de tratamiento (Ginestar) | 32.2 | 0 | 100 % |
a +13km del punto de tratamiento (Ginestar) | 150.3 | 0.9 | 99 % |
a +18km del punto de tratamiento (Ginestar) | 5.32 | 0.9 | 82 % |
Con esta prueba piloto se pudo comprobar la eficacia y la viabilidad del uso del Bti para tratar las larvas de mosca negra de la parte baja del Ebro. Se comprobó que la distancia de efectividad del Bti aplicado según las condiciones de la prueba piloto estaba por encima de los 15-18 km. Considerando que el recorrido del río desde Flix en Amposta es de unos 85 km, esta distancia de efectividad implicaba unos 5-6 puntos de aplicación por tratamiento, número de aplicaciones mucho más viable que no la que hubiera supuesto tener que tratar cada 5km, como es el caso de los ríos Ter y Tec.
Cabe resaltar que en los muestreos realizados el día después de la prueba piloto no se observó mortalidad en otros grupos de organismos incluso en grupos cercanos y de alimentación muy similar como los Quironómidos.
Parecía que habíamos encontrado una herramienta de control poblacional efectiva, económica y materialmente viable.