Muestreo

Es el elemento clave del control antilarvario de los mosquitos en una zona. Partiendo de la cartografía temática, se establece un régimen de prospecciones de todos los focos larvarios potenciales que se hayan detectado en el territorio. La periodicidad variará en función del desarrollo larvario de la especie o especies presentes en este foco.

Operari fent tasques de mostreig

Los focos larvarios de tipo natural (litoral, borde balsas, tras-playa etc) muy ligados al desarrollo de especies del G. Ochlerotatus, como presentan un desarrollo rapidísimo (3-4 días), deben ser prospectados con una periodicidad siempre inferior a la del desarrollo de sus posibles habitantes. Así se establece que todo foco natural será visitado al menos dos veces por semana.

Los arrozales que son fundamentalmente focos de cría del G. Anopheles, con un régimen de desarrollo larvario más largo (10-15 días), serán visitados una vez por semana.

Mostres

Como se puede vislumbrar, el capítulo de la prospección larvaria en el conjunto de las tareas inherentes al control antilarvario de los mosquitos se convierte en una parte fundamental y requiere en términos globales prácticamente el 80% de los esfuerzos que se destinan. En promedio se realizan más de 7.000 prospecciones a lo largo de una campaña, en las que se deben utilizar para prospectar ciertos focos larvarios unos medios de locomoción muy tradicionales, ya que la morfología del terreno no permite otros métodos.

La visita del foco larvario contempla:

  • Constatación de la presencia o no de agua en el foco
  • Investigación de la presencia de larvas de mosquitos
  • Recogida de muestras
  • Notificación de cualquier incidencia natural o humana que pueda alterar el foco
  • Cumplimentación de las fichas de campo de prospección donde quedan reflejados todos los datos de interés